viernes, 27 de mayo de 2011

GIANNI VATTIMO

Gianni Vattimo nos quiere convencer de las virtudes de que si bien muchas cosas están cada vez menos claras, y nos gana la incertidumbre, quizá entrar en la posmodernidad no sea tan mala idea. Por varias razones, y cito sólo tres de ellas:
 - ese progreso que nos permitía la modernidad tiene la cara de la cultura del hombre occidental europeo blanco y cristiano. Quedan marginados como beneficiarios las mujeres, los indígenas, todas las etnias y cultos que no sean blancos y cristianos;
 - al “caerse” o difuminarse el anhelo de progreso, un creciente número de subculturas, de minorías, de formas de vida alternativas, “toman la palabra” –palabra que se habla en un dialecto y no en el idioma oficial- y se hacen oír, y así adquieren visibilidad y dignidad;
 - si ahora, como minoría, uno puede venir a manifestarse, entonces comprende que “habla su dialecto en un mundo de dialectos”, y comprende que su lengua no es la única lengua, y así, gana en tolerancia tanto el mundo como cada uno de nosotros.

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