martes, 31 de mayo de 2011

UNA LECTURA BÁSICA: FERNANDO SAVATER

Lo que sigue es mi resumen de un libro fundamental para comprender la importancia de una de las ramas de la filosofía: la ética. (Tengan en cuenta que el resumen sólo sirve para que el autor del resumen entienda, ¡y sólo él! Pero por lo menos que sirva como invitación a leerlo, quedan sugeridas acá las -a mi gusto- mejores ideas del libro...)



SAVATER, Fernando. Ética para Amador. Buenos Aires: Ariel, 1998.
Se puede vivir de muchos modos, pero hay modos que no dejan vivir. Suponiendo que elijamos vivir y no reventar, hay saberes imprescindibles: saber lo que nos conviene, o sea, distinguir entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas: por ej, mentiras y cuchillos son ambivalentes y vitales. Hay criterios opuestos respecto a cómo vivir bien. Pero coincidimos en que lo que vaya a ser nuestra vida depende en parte de lo que haga cada cual. No somos omnipotentes, pero somos libres. Y nuestra libertad es, además de un atributo, nuestra responsabilidad. Por eso, incluso sabiendo que quizá no lo logremos, no queda otra que intentar aumentar nuestra capacidad de acción para inventar nuestra forma de vida. A ese saber vivir, al arte de vivir, llamamos ETICA.
Primera consideración: atender a los motivos que tenemos para actuar. Puede haber órdenes, costumbres o caprichos que sean motivos adecuados, pero para saberlo tendré que examinarlo, razonarlo por mí mismo. Con la complicación de que nunca hay reglamentos, pues no sabemos para qué sirven los seres humanos: las personas no son instrumentos. Entonces, ¿cómo nos arreglamos? Fácil: ¡Hacé lo que quieras!
Es una orden paradójica, y compleja: no exhorta a dejarte llevar por caprichos. Pronto concluirás: “¡quiero darme la buena vida!”. Y vas a ver que no se trata de hacer lo primero que te de la gana, sino pensar a fondo qué es lo que queres parado en tu presente que está lleno de recuerdos y esperanzas, y vínculos con los demás (sobretodo esto último). Por eso la buena vida que te querés dar tiene que ser una buena vida humana.
La humanización es un proceso recíproco. Para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo que hacerles humanos a ellos. Darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a dar la buena vida.
Y no puede ser sencillo. La vida es complejidad, y casi siempre complicaciones. Nunca la vida fue simple. Imaginemos cualquier época y lugar en la historia de la Humanidad, vamos a encontrar siempre que los problemas fueron muchos y algunos de ellos muy bravos. ¿Entonces estamos condenados? No, pero deberemos ser cuidadosos. Y especialmente saber que para darse la buena vida se necesita atención, disposición a reflexionar sobre lo que se hace. Y para ello será preciso hablar con los demás, dar razones y escucharlas. Pero la decisión, al final, tomarla cada uno.
La única obligación a asumir: no ser imbéciles. Tener conciencia. Tomar conciencia. Que consiste fundamentalmente en:
 - saber que no todo da igual;
 - reflexionar sobre lo que nos conviene;
 - a base de práctica, ir desarrollando el buen gusto moral;
 - hacernos responsables de nuestros actos.
La consecuencia de ignorar esto: el remordimiento, el reflejo íntimo del miedo al castigo que puede merecer nuestro mal comportamiento, actuar mal, darnos cuenta de ello y comprender que hemos estropeado voluntariamente eso que queremos ser. O sea, cuando usamos mal nuestra libertad aparece el remordimiento.
Hay una coartada para evadir los remordimientos: la creencia en tentaciones irresistibles. Ésta es una superstición inventada y sostenida por aquellos que le tienen miedo a la libertad y no quieren hacerse cargo.
¿En qué consiste tratar a las personas humanamente? Lo que hace humana la vida es el transcurrir en compañía de otros, hablando con ellos, pactando y mintiendo, siendo respetado o traicionado, amando, haciendo proyectos y recordando el pasado, desafíándose, organizando juntos las cosas comunes, jugando, intercambiando símbolos. Pero para eso, es preciso que intentes ponerte en su lugar. Comprenderles desde dentro. Sentir simpatía por ellos. Tiene que ver con la virtud de la justicia.
La ética consiste en apostar a favor de que la vida vale la pena, ya que hasta las penas de la vida valen la pena. Pero ¿cuál es la mayor gratificación que puede darme la vida? La alegría. Ese sí espontáneo a la vida que nos brota de adentro, de lo que somos y sentimos ser. Al arte de poner el placer al servicio de la alegría se le suele llamar templanza.

domingo, 29 de mayo de 2011

GUSTAVO BUENO, FILÓSOFO ESPAÑOL

¡Atención con Gustavo Bueno!
Este viejito de 86 años, con su voz achacosa y fatigada -pero de entusiasmo intacto-, es tierno ejemplo de filósofo "con todas las letras": toda una vida dedicada a la docencia, a la escritura, a la polémica con otros (¡con todo el mundo; con(tra) ajenos y propios!).
No quiero decir que es mejor filósofo porque se pelea hasta "con Dios y María Santísima" (aunque esto en un sentido es cierto porque es un ateo recalcitrante), pero sí quiero calificarlo como buen filósofo porque le interesan sus enemigos. Y su forma de conocerlos es también polemizando, escuchando qué tienen para argumentar acerca de sus ideas, sus discursos, sus formas, sus señas de identidad, sus cosmovisiones, sus saberes y haceres...
Interesante su rodeo filosófico acerca de la ética y la moral. Les dejo un botón de muestra

sábado, 28 de mayo de 2011

ESTHER DÍAZ

Esther Díaz nos habla de temas conexos a los de Vattimo. Su artículo se llama “posmodernidad y vida cotidiana” y discurre acá sobre la novedosa “fragmentación del sujeto”: hoy somos sujetos cuyas identidades no están muy claras, y encima estamos a merced de tecnologías muy sofisticadas que pueden hacer desaparecer velozmente identidades forjadas en luchas y en reformas que costaron tanto esfuerzo. Esta situación –opina Díaz- puede ser alarmante… ¡o estimulante!
 - antes, en otras épocas, todo estaba precisamente determinado y uno sabía lo que tenía que hacer (pues otros: los padres, los jefes, los profesores lo habían decidido por uno); en cambio hoy, uno mismo se puede dar la propia identidad, puede inventársela, y puede hacerlo en compañía de otras personas tan autónomas y liberadas como uno mismo;
 - un ejemplo: ayer, ser “novio” suponía que un jovencito estaba sentimentalmente relacionado (incondicional y exclusivamente) con una jovencita –y sólo una- que venía a ser la “novia”; hoy, en cambio, gozamos de la libertad de proponernos múltiples formas de relacionarnos sentimentalmente, y están a nuestra disposición (hoy ustedes conocen esas formas como “onda”, “filito”, “amigo con derechos”, “amigovi@”, “tener una relación liberal”, etc.)

viernes, 27 de mayo de 2011

GIANNI VATTIMO

Gianni Vattimo nos quiere convencer de las virtudes de que si bien muchas cosas están cada vez menos claras, y nos gana la incertidumbre, quizá entrar en la posmodernidad no sea tan mala idea. Por varias razones, y cito sólo tres de ellas:
 - ese progreso que nos permitía la modernidad tiene la cara de la cultura del hombre occidental europeo blanco y cristiano. Quedan marginados como beneficiarios las mujeres, los indígenas, todas las etnias y cultos que no sean blancos y cristianos;
 - al “caerse” o difuminarse el anhelo de progreso, un creciente número de subculturas, de minorías, de formas de vida alternativas, “toman la palabra” –palabra que se habla en un dialecto y no en el idioma oficial- y se hacen oír, y así adquieren visibilidad y dignidad;
 - si ahora, como minoría, uno puede venir a manifestarse, entonces comprende que “habla su dialecto en un mundo de dialectos”, y comprende que su lengua no es la única lengua, y así, gana en tolerancia tanto el mundo como cada uno de nosotros.

jueves, 26 de mayo de 2011

OTRA DE MARIO BUNGE

Escuchado hace un ratito en una entrevista a Mario Bunge, y extractado (palabras más, palabras menos):
MB: […] la sumisión, la incapacidad de organizar la propia vida en el lugar de trabajo, tiene consecuencias inmunológicas importantes: enferma. Motivo por el cual las personas que están en los escalones inferiores del trabajo se enferman y mueren con mayor frecuencia que las personas que están arriba [de la pirámide organizacional].
Entrevistador: … porque no tienen la capacidad de decidir sobre los cambios.
MB: Exacto. Se resiente entonces el sistema inmune. La gente genera demasiados corticoides, los que genera a su vez afectan a una cantidad de órganos internos. Esperemos que eso favorezca la organización cooperativa. O por lo menos una mayor participación de los trabajadores en la forma en que se organiza el lugar de trabajo: mayor participación en la formación de horarios, distribución del trabajo, todo eso…eee [vacila, buscando retomar el hilo]…  Pero va a llevar mucho tiempo, porque todavía en esas ramas tiene mucho predicamento la teoría económica standard que no se ocupa de la felicidad de la gente ni mucho menos, por más que digan identificar “utilidad” con “felicidad”, ¿no?
Un grande el viejito… ni los marxistas, ni los laboristas, ni los sindicalistas, ni los cooperativistas salen a decir esto.

MARIO BUNGE

Otro ejemplo de tolerancia: es valioso lo que dice nuestro científico argentino-canadiense Mario Bunge, al defender el humanismo y la difícil apuesta que supone en las sociedades actuales. Y lo hace con un ejemplo muy elocuente: cuenta él que una mañana mientras pensaba en las virtudes del humanismo y en la conveniencia de que todos los intelectuales adhieran a él, de pronto una guitarra de un albañil paraguayo enfermo de añoranza lo distrae. Su primer impulso egoísta fue pensar “este tipo no tiene derecho a irrumpir en mi intimidad”. Pero luego recapacita, y se autorrefuta: “ese hombre no está irrumpiendo en mi intimidad. Ejercita su derecho a la ensoñación, y si me molesta es porque no he aprendido a vivir en compañía, y además porque el constructor rapaz de nuestras viviendas ni siquiera ha intentado armonizar la intimidad del vecino con la mía”. En esos momentos –confiesa Bunge- se sintió encarnando la vieja cita de un cómico ignoto que rezaba algo así como “yo amo a la humanidad, sólo que no aguanto a la gente”.

miércoles, 25 de mayo de 2011

KARL POPPER

Karl Popper es un filósofo de las ciencias muy polémico, y también, para nuestra suerte, de muy agradable lectura. En su capítulo Nº 14, “Tolerancia y responsabilidad intelectual”, nos habla de la intolerancia y los fanatismos. Es paradójicamente insalvable el asunto porque –nos comenta- existe un mandato de ser tolerante, pero es imposible de cumplir, pues si hay algo que no podemos tolerar es la intolerancia. Si la toleramos, destruimos la tolerancia.
Por supuesto que este es un juego de palabras, quiero decir, una paradoja del lenguaje y no una paradoja de la realidad: no es legítimo tal mandato de ser absolutamente tolerantes (tradúzcase como “ser relativistas”) pues hay varias cosas que una convivencia sana no puede tolerar. En especial: la necedad de montarse en las olas intelectuales, y de adherir a dogmatismos de manera fanática.

martes, 24 de mayo de 2011

RICARDO MALIANDI, FILÓSOFO ARGENTINO

Ricardo Maliandi es un filósofo argentino especialista en Ética. Este autor nos explica qué pasa en el pensamiento científico de hoy con los cuestionamientos a la racionalidad. El 1º movimiento histórico que cuestionó a la racionalidad científica fue el Romanticismo (fines del siglo XVIII, inicios del XIX). Entra en escena acá otro movimien-to histórico, durante el siglo XX, y es denominado por los investi-gadores y filósofos el “posmodernismo”. Y si bien la racionalidad científica había salido airosa de aquella pelea, éste último movi-miento, la corriente posmoderna, se viene mas fuerte y con argu-mentos mas interesantes. Recomiendo leer a Maliandi y enterarse.
El capítulo XI de Maliandi es más estimulante todavía, y se puede resumir su idea-fuerza en unas pocas oraciones, por ejemplo: Razonar supone dialogar. Uno reflexiona solitariamente, pero siempre con las palabras que aprendió en comunicación con otros (padres, hermanos, amigos, vecinos…). Los pensamientos están hilvanados en el lenguaje –o sea, que no se puede pensar si no se tienen las palabras para definir y caracterizar a las cosas. Se deduce que para planear y resolver mejor la convivencia tendremos que comunicarnos con los demás e intentar encarar los problemas a partir de diálogos en busca de acuerdos. Es la manera más sana. La violencia no es una opción.

Para más info, http://www.cristina-ambrosini.com.ar/textos/maliandi.htm

lunes, 23 de mayo de 2011

EDGAR MORIN


Edgar Morin es otro de los autores que habla de la racionalidad. Su lectura es muy estimulante. Él discierne entre dos racionalidades: una falsa –que lamentablemente es la que abunda- y otra verdade-ra, a la cual llama “pensamiento complejo” –y que es la que los intelectuales comprometidos deberían tratar de imponer, mediante una franca y tenaz “reforma del pensamiento”. La falsa racionalidad sería el modo científico abstracto, reduccionista, y deshumanizante, incapaz para pensar y resolver los problemas (de todo tipo: técni-cos, ambientales, económicos…); en cambio la verdadera raciona-lidad o el pensamiento complejo supondría los modos de la ciencia que integran en una visión mas abarcadora los problemas claves del mundo y de la humanidad. La verdadera racionalidad es crítica y autocrítica a la vez, con apertura al diálogo con los que no son científicos, y es fundamentalmente respetuosa del medio ambiente.

domingo, 22 de mayo de 2011

KANT DE NUEVO...


A Emmanuel Kant lo tenemos otra vez, y en este caso para hablarnos acerca de qué cosa significa la Ilustración. Cito unos comentarios que hace un profesor universitario[1] que sabe captar el espíritu de este interesante escrito de Kant:
la Ilustración es una época de emancipación intelectual: ser capaz de animarse a pensar, a investigar, a saber sin la guía de otro. Una época en la que se ha alcanzado la madurez, la mayoría de edad para servirse del propio entendimiento y razón. Una época en que es posible independizarse de la autoculpable minoría de edad fruto, para Kant, de la pereza y cobardía. Una época en que es más fácil [para las personas ilustrarse] por sí mismas.
Es cómodo, se queja el prusiano, quedarse bajo la tutela y el pupilaje del “maestro”. Para Kant, eso es infantil. Es cómodo basarse en lo que piensa fulano […] y no resulta agradable, podemos agregar, cuestionar al maestro o a la autoridad de turno. Es cómodo no cuestionarse las propias convicciones, creencias, adhesiones. Una forma de que no se nos mueva el piso para no quedarnos en una de esas con vértigo ante el abismo sin fondo, sin tener algo a qué agarrarnos.
Esta comodidad y falta de coraje intelectual está, para Kant, fomentada por los tutores o maestros [que] sobreprotegen ante los “peligros”, o defienden su autoridad y sus puestos y posiciones.”
Cabe agregar que pensar por sí mismo no hace que alguien auto-máticamente se convierta en un ilustrado: para ello se deberán cumplir ciertas condiciones: hacerlo con responsabilidad, siendo conscientes de que es una tarea a largo plazo (no puede hacerse de la noche a la mañana), sabiendo que hay límites y que hay ámbitos en los que se respetan ciertos modos de hacer las cosas.
Federico Nietzsche es un filósofo bastante especial, muy áspero, quien propuso que había que “filosofar a martillazos”. Es de difícil lectura pero si se le animan…


[1] Romeo CÉSAR (2006) La Ilustración según Kant. Comodoro Rivadavia: UNPSJB. Pág 5.

sábado, 21 de mayo de 2011

DESCARTES

Descartes es ese señor al que se lo conoce por la cita “pienso, luego existo”. De pensar se trata este artículo. En realidad se trata del “pensar bien”, pensar con corrección, de usar correctamente la razón. Así es que Descartes escribe este libro para contarnos su experiencia personal: cómo hizo él para forjarse un método para pensar que le garantizara hacerlo bien, o digamos, que resultara en el conocimiento de la verdad.
Lo que 1º hace es dudar de todo lo que conoce y sabe (recuerden la manía de preguntarse por las cosas del primer autor de este eje). Y lo hace luego de haber leído mucho, y también de haber viajado mucho, “todo le parecía distinto”, y “nada le parecía seguro”. Comienza a considerar que todo lo que se había construido como conocimiento científico no tenía “cimientos” fuertes. Se imaginaba la ciencia como un castillito de arena. Para resolver ese estado de incertidumbre, se propone un método. (Ver págs. 59 y 60).

viernes, 20 de mayo de 2011

PROTÁGORAS

Protágoras es de los tiempos de Sócrates, siglo V aC. Se lo conoce por una sentencia célebre: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Yo destacaría otra cita famosa, por la cuál parecería ser el 1º agnóstico conocido de la historia: “no puedo afirmar si los dioses existen o no existen, ni cuál sea su naturaleza… por dos razones: la oscuridad del problema, y la brevedad de la vida”.
Pero con respecto a la primera cita o sentencia que dijimos, se lo ha acusado a Protágoras de haber sido el 1º relativista, pues se deriva de sus dichos que si las cosas son así para mí, pero son de otra manera para vos, entonces ¡los dos podemos tener razón!
Ahora, lo que sí podemos afirmar tajantemente, es que Protágoras es un escéptico, pues nos damos cuenta por las cosas que supone y que escribe: la materia es fluyente (todo cambia todo el tiempo), las percepciones y sensaciones que tenemos sobre las cosas cambian con la edad tanto como con las “disposiciones del cuerpo” (si andamos sanos o enfermos, enamorados o maldormidos, etc.)… así es que a Protágoras se lo acusa de que suprime los criterios de verdad: ya no se puede saber si algo es verdad o no, aunque lo consideremos verdadero.

jueves, 19 de mayo de 2011

eje 2 - ¿QUIÉN TIENE RAZÓN?

Acá hay un juego de palabras, pues lo que acá se llama RAZÓN está usado en dos sentidos:
1) quién dice la verdad; y 2) quién tiene racionalidad: capacidad de usar la razón, de razonar, de pensar.
Precisamente este último sentido es el mentado en los materiales de lectura, pero lo hacen para contestar ulteriormente el 1º sentido de la pregunta: quién dice la verdad.


Este eje se abre con un textito de Fernando Savater, un artículo de su libro destinado a estudiantes de secundaria, titulado “Las preguntas de la vida”. Fíjense que señala algo no tan obvio: uno no pregunta desde la ignorancia, sino desde lo que ya sabe, y porque eso que sabe le parece dudoso o insuficiente. Es decir que, sin tener algún mínimo conjunto de conocimientos, no tendré qué cosa preguntar. Entonces ya podemos definir el concepto preguntar: someter a examen los conocimientos que tengo y que creo saber.
El capítulo de Savater nos trae otras sorpresas pues van a aparecer más adelante palabras muy usadas en este eje y que no suelen ser comunes. Este autor nos alivia el trabajo de aclarar sus significados y de yapa, algunas explicaciones adicionales. Esas palabras son: razón, relativismo, escepticismo, certeza y verdad, democracia, diálogo y opinión.

miércoles, 18 de mayo de 2011

PIERRE BOURDIEU

Y por fin tenemos a Pierre Bourdieu. Para entenderlo recomiendo leer primero la versión para principiantes que van a encontrar sobre el final del juego de fotocopias del Eje 1), en el cual se desarrollan los conceptos más importantes de su “sociología”. Hay muchas cosas interesantes de este señor que valdría la pena revisar.

martes, 17 de mayo de 2011

EL INMENSO MICHEL FOUCAULT

Hay un autor muy interesante que se llama Michel Foucault. Multidisciplinario: psicólogo, historiador, investigador diestro en técnicas de la sociología, la lingüística, la estéticas. Con mucho vuelo filosófico. De los contemporáneos, éste es uno de los más importantes que tenemos (es decir, que tuvimos). Fue un intelectual comprometido con su época, muy inteligente. 
Es una lástima que se nos muriera relativamente joven. Vale agregar que este pensador anda más o menos por la misma tradición del que hablamos recién, Althusser, ese que nos agreteó la escuela. ¡Guarda que nuestro posmoderno Michel es igual de perturbador -o quizá mas- que aquel todavía moderno Louis! 
La gran contribución de Fucó a las ciencias sociales va por el lado de insistir en que el poder no es una facultad que uno tenga, que uno detente, que uno gane o pierda, sino que el poder es menos y también es más que eso. Digo que es menos porque precisamente plantea este calvo pensador que el poder no es una fortaleza, no es tener las armas o tener el dinero: es más bien "un sutil fluido más que una roca dura". (Acostumbrémonos al lirismo y a la poesía con estos autores porque ellos escriben así, ensayísticamente). El poder es una trama, es una red. El poder no es un lugar, ni está en un lugar, sino que circula, y se nos mete a nosotros como un deseo que nos manda a hacer y/o nos conmina a no hacer. Por eso digo que es más que una cosa… es algo que también actúa a nivel inconciente... como las ideologías. El poder actúa como un fantasma, y lo que hace poderoso a este inefable (digo, al poder) es su capacidad para enmascarar su funcionamiento, y así no nos demos cuenta de cómo funciona. 
Lo que sí podemos decir ya mismo, es que el poder funciona disciplinando a las mentes: “enderezando conductas y actitudes”. Así, el poder, silenciosamente, nos hace actuar de una manera determinada, nos hace ser de una manera determinada, y nos hace desear ser de esa manera determinada. El poder –dice un comentarista de Foucault- nos construye como sujetos, y así nosotros somos la principal construcción del poder, y somos quienes nos autocontrolamos mejor y quienes nos autovigilamos mejor. 
Creo que el mejor ejemplo es el de una habitual práctica escolar que ocurría en mi época con la maestra de música, cuando buscaba armar el coro del colegio. La maestra se quería lucir ante las autoridades del colegio y ante los padres, entonces, como la corrían los tiempos y quería laburar lo menos posible, hacía un casting y formaba el coro con las mejores voces (que no siempre coincidía con los que se presentaban voluntariamente para aprender a cantar), y así íbamos pasando y la profe decía “vos sí” y “vos no”… y ahí quedaban los que tenían la voz más dulce y engolada. Y a los que nos dijo “vos no”, nos hizo un daño quizá inadvertidamente porque ese vos no significaba “vos no servís para cantar” –recuerden que éramos chicos-, y de ese momento uno se va convenciendo que no tiene que cantar porque lo hace mal. Y si te gusta cantar, tendrás que conformarte con hacerlo en la ducha, en la soledad más íntima, para no pasar papelones… y uno, que quizá pueda, se resigna a que “no debe”… ¡así funciona el poder! Otro ejemplo que nos da el autor cuando habla de “vigilar y castigar”: el examen escolar. Pueden buscarlo porque es muy interesante.
Vale hacernos una pregunta: si el poder es tan eficaz en hacer eso, ¿cómo fue que él se dio cuenta? ¿Acaso es más esclarecido e inteligente que todos los demás? Bueno, creo que él respondería: “lo descubrí a partir de un método de estudio y de investigación que fui elaborando y mejorando durante muchos años…”. Otra duda legítima: ¿Y cómo hacemos todos los demás para darnos cuenta de hasta qué punto somos como el poder quiere que seamos?, y luego de darnos cuenta, ¿cómo hacemos para zafar de eso?

lunes, 16 de mayo de 2011

ACERCA DE LA DEMOCRACIA


Otro autor contemporáneo. C.B. McPherson. Este libro es del año 1977, y se llama “la democracia liberal y su época”. En los capítulos que leemos acá se ven críticas a teorías que propusieron otros autores, otros teóricos con otras teorías.
 - Joseph Schumpeter, quien propone poner a la democracia en su justo lugar: no es –dirá él- la democracia un tipo de sociedad ni un conjunto de valores morales para mejorar a la humanidad, sino simplemente un mecanismo para elegir y autorizar gobiernos. Punto. Y la mejor metáfora que podemos usar para entenderla es la metáfora del mercado: los votantes serían los consumidores y los políticos el empresariado. Los políticos toman nota de los deseos de la gente y pelean por los votos de la gente, así como los empresarios pelean entre sí por el dinero de la gente. Bueno, esta metáfora (como toda metáfora) no es completa y no termina de explicar cómo funciona la democracia. Y además, es empobrecedora en cuanto a cómo la considera.
 - pero la democracia participativa (como en la polis griega) puede ser muy atractiva y nos puede parecer muy justa con los deseos de los ciudadanos, aunque se nos hace impracticable, pues en nues-tros países de millones de habitantes, sería imposible y/o costoso decidir los asuntos importantes por la decisión de la mayoría.
El texto de McPherson es interesante. Glosa muy bien los proble-mas de cada teoría y se puede leer fácil también. Lo recomiendo.

domingo, 15 de mayo de 2011

ANTHONY GIDDENS


Hasta ahí teníamos a los autores llamados “clásicos”. Ahora venimos con los autores “contemporáneos”, es decir, los que escribieron ya en nuestras épocas, o por lo menos desde hace 50 años para acá.
El 1º de ellos es Anthony Giddens. Vamos a leer un capítulo de uno de sus libros que se llama “La Tercera Vía”. Y éste nos gusta porque se para en un punto intermedio y por fuera de esos dos de los que hablamos (Marx y Mill). Y dice “ni liberalismo ni comunismo: la Tercera Vía”. Y en ese artículo, breve y de fácil lectura, nos da muy buenas ideas acerca de cómo consideran al poder y al estado tanto los liberales como los comunistas, y cómo serían para esa 3V. Pero en definitiva lo que plantea es un punto intermedio: quedémonos con lo mejor del comunismo, con lo mejor del capitalismo liberal… y con ninguna de sus miserias.
Un ejemplo: si hoy tenemos el problema de que las empresas están en manos de señores muy ricos que lo único que quieren es cada vez más plata y entonces le pagan cada vez peor a los trabajadores, y la única solución que plantean los comunistas es sacarle la empresa a los dueños y dársela a los trabajadores (cosa que para la 3V sería demasiado brutal), lo mejor que habría que hacer es reformar las leyes de manera que se pueda arreglar una posibilidad de ser propietarios conjuntos, y de incentivar a que los trabajadores inviertan en la fábrica tanto como incentivar a los dueños a que les paguen mas a los trabajadores sabiendo que de esa forma van a beneficiarse ellos también. Está bueno para que lo lean porque es sencillito.

sábado, 14 de mayo de 2011

LOUIS ALTHUSSER

Ahora, si hace unos días nos fuimos desde los comunistas/socialistas hacia los liberales, es momento de cruzarnos otra vez de vereda e ir a otro autor que está en la tradición de los socialistas, que se llamó Louis Althusser. “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”: así se titula su trabajo teórico que no es más que un desarrollo de lo que dijo Marx en el panfleto “Manifiesto comunista”. Lo que interesa de éste es que nos detalla cosas con las que convivimos pero en su faz perturbadora. Nos relata y nos describe el lado oscuro de las cosas de nuestra sociedad. Para empezar, nos habla de cuáles son los elementos de una sociedad capitalista y ahí explica qué es el trabajo, qué es el salario, qué es reproducir, qué hace el Estado por nosotros (y concluye: por nosotros ¡nada!... contra nosotros, ¡todo!). Y mete el dedo en una llaga que a los profesores nos duele: la Escuela. Miren qué interesante: si el Estado está para cobrar impuestos y para defenderle la propiedad a los capitalistas, tiene que lograrlo de la manera más fácil posible, y entonces lo que tiene que hacer es generar sumisión en las personas, y la mejor manera de hacerlo es “educando”. La escuela no es otra cosa que aquella institución que insufla ideología en los críos a esa edad en que son más permeables, más vulnerables a ser engañados por la ideología –en la tierna infancia. E incluso Althusser se da el lujo de decirlo muy poéticamente: “en la escuela suena una música silenciosa…” (precisamente, esa música silenciosa es la ideología que va entrando en el cerebro y cuyo resultado futuro será un adulto sumiso y resignado, que pague sus impuestos sin chistar y que esté dispuesto a trabajar todo el día por un salario miserable).

viernes, 13 de mayo de 2011

¡GUARDA CON UNA BUENA ARGUMENTACIÓN!

Carta del oyente “Nacho” Arteaga al programa radial “El desconcierto del domingo”, de Quique Pesoa, transmitido vía Internet.
¿El matrimonio gay es antinatural? ¿Y si fuera cierto?
Obviando las apelaciones de mala fe que hacen supuestos investigadores sobre estudios inexistentes, y las conjeturas incomprobables acerca de los efectos de este tipo de uniones en la sociedad, todo se reduce a un argumento para el cual nadie puede tener una respuesta absoluta: no es natural.
Soy de los que se inclinan a pensar que la homosexualidad es una cuestión natural. Abrevo en los testimonios de los homosexuales que conozco y que juran no haber hecho elección alguna sobre su sexualidad. Tampoco he conocido heterosexual que la haya hecho. A su vez, veo que la homosexualidad ha estado presente en toda la historia, ¡inmutable a los cambios culturales!
Las afirmaciones anteriormente expuestas no son una comprobación cabal: sólo permiten inferir que la homosexualidad es natural. Ahora, vayamos un paso adelante. ¿Y si fuera cierto? ¿Y si se comprobara que es antinatural? Suponiendo que esto pudiera llegar a comprobarse, habría que superar una pregunta esencial antes de tomarlo como un argumento válido en esta cuestión: ¿es lo antinatural algo malo en sí mismo? Podemos nombrar dos cosas completamente antinaturales que son positivas: la democracia y la medicina.
La democracia es un sistema político en el cual todos renunciamos a nuestros instintos más primitivos para lograr convivir. Deponemos nuestra fuerza en beneficio de quienes no la tienen, y aceptamos uno de los principios fundamentales en democracia que es completamente antinatural: “todos somos iguales”. En democracia todos renunciamos al mérito. Tenemos derechos comunes que no dependen de nuestra capacidad de obtenerlos. ¿¡Existe esto en la naturaleza!?
La medicina nos da la posibilidad de vivir más allá de lo que, sin intervención alguna, viviríamos. La medicina nos permite, por ejemplo, sacar el corazón de una persona muerta y reemplazar con éste el corazón defectuoso de un paciente. ¿¡Es esto mínimamente cercano a lo natural!?
Los ejemplos expuestos anteriormente no demuestran en absoluto que lo antinatural sea bueno o malo; sólo posibilitan discutir la pregunta que plantea el título de este escrito: “¿El matrimonio gay es antinatural? ¿Y si fuera cierto?”

jueves, 12 de mayo de 2011

JOHN STUART MILL Y EL UTILITARISMO


El próximo que tenemos ahí es John Stuart Mill. Más o menos contemporáneo de Marx y Engels. Y las cosas que dice son un poco contrarias a este dúo de comunistas. Mill habla del Utilitarismo. Acá, en esta teoría del utilitarismo se plantea que lo que es justo es lo que tiene, digamos, utilidad pública. En realidad, lo que él defiende es un combo de cosas que además de ser dignas, son útiles: la justicia y la seguridad, la felicidad y la libertad. Mill nos quiere convencer de que lo que hay que buscar desde el Estado es la felicidad social: la mayor felicidad para el mayor número de personas. Y en tanto el Estado cumpla con esto, será un Estado justo: se hará justicia. Pero esto no significa que el Estado nos de todo lo que necesitamos, sino al contrario: mientras el Estado se meta lo menos posible en nuestros asuntos, y sólo arbitre ahí donde pueda generarse malestar, violencia o algún atentado a la propiedad o a la seguridad de las personas, pues ahí tendrá que intervenir y solucionar. Y esto significa optar por el liberalismo como el mejor modo de manejarse en política. Si les sirve pensar en contrapunto las cosas, esta postura es muy contraria a los barbudos de los que hablé hace unos días. Pueden leerlo, no es muy difícil de entender.

miércoles, 11 de mayo de 2011

MARX Y ENGELS

El próximo material es un panfleto, de dos señores que lo escribieron en conjunto, y que son muy famosos: Marx y Engels. El verdadero genio acá es Marx, que hoy es la cara del comunismo en el mundo. Bueno, una de ellas: las otras son las del Che Guevara, la de Fidel Castro, la de Lenin y Stalin (dos rusos, ustedes los tienen que conocer)… y algunos otros mas, pero el fundador fue Marx. Fíjense que Marx, el Che, Fidel, son todos barbudos. Parece ser que para ser comunista hay que se barbudo. El pelo en la cara funcionaría como una marca distintiva: a más pelo en la cara, más de izquierda revolucionaria uno es:

Por otro lado, Engels fue una especie de segundón de Marx, estaba encantado de asistirlo en todo lo que pudiera porque se daba cuenta que estaba ante la presencia de una personalidad histórica impresionante. ¡Un genio, bah!.
Ellos plantean que la historia de la humanidad = historia de la lucha de clases. Que siempre todo estuvo mal porque el mundo se dividió, desde sus comienzos, entre quienes –concentrando la propiedad de las cosas- se volvieron explotadores de otros hombres (los trabajadores), y que éstos, cada tanto, lucharon franca y abiertamente para cambiar las cosas. Muchas veces las rebeliones y revoluciones llevadas a cabo por los trabajadores tuvieron éxito, pero pronto venía la revancha y los explotadores volvían a dejar las cosas como antes (“restauración”).
Claro que en este momento es que están escribiendo (alrededor de 1848) estos dos ven / vislumbran que hay una esperanza para la revolución, una posibilidad de hacer una revolución que podría cambiar las cosas para siempre, y en ese panfleto de 30 páginas nos cuentan todos los inconvenientes que habría que afrontar para que el triunfo de la sociedad comunista sea total y permanente. Y lo demás léanlo porque está bueno.

sábado, 7 de mayo de 2011

EMMANUEL KANT Y LA "PAZ PERPETUA"

El próximo autor es Emmanuel Kant. El artículo se llama “hacia la paz perpetua” y data de 1795. Es decir, ahí cuando la revolución francesa estaba calientita todavía. Lo que encontramos acá es lo que según Kant habría que hacer para que los estados no se destruyan unos a otros, y es lo siguiente: los estados deberían organizarse para acabar de una vez por todas con las guerras, o por lo menos con las guerras de exterminio, por lo menos con las guerras imperialistas, que son las guerras que se encaran unos estados para quedarse con territorios de otros estados. Hay ideas muy interesantes:
 - los estados podrían organizarse en una federación que se encargue de mantener la paz;
 - los ejércitos deberían desaparecer, paulatinamente hasta que lo hagan por completo; porque son provocadoras de guerras por la sola razón de que no soportan tener la capacidad ociosa, y también deben desaparecer porque “cosifican” a los hombres, los vuelven “carne de cañón” –nunca mejor aplicada la expresión que acá. Y eso atenta contra la dignidad de las personas de la manera más evidente posible;
 - hay una defensa de la república porque en ella el consentimiento lo dan los ciudadanos, y no el rey o príncipe o grupo de nobles, que son tipos siempre muy dispuestos para la guerra;

miércoles, 4 de mayo de 2011

ACERCA DEL ILUSTRADO JEAN-JACQUES...


En el artículo de Jean-Jacques Rousseau, que se llama “discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres” van a encontrar una historia a vuelo de pájaro de cómo nació la civilización, o como él le llama, la “sociedad civil”. El artículo empieza así (traducción lunfarda): “el 1º tipo que cercó un terreno y dijo `esto es mío´, y algunos giles le creyeron, ese ya abrió la caja de Pandora”… ¡cuántas cosas –se lamenta Rousseau- nos hubiéramos ahorrado en crímenes, en guerras, en miseria si esos giles no hubieran sido tan giles y se hubieran resistido a creerle! Bueno, de cualquier manera, con la apropiación de la tierra por parte de unos cuantos vivos, y su posterior imitación por parte de otros tantos no tan vivos, nació y se consolidó luego la desigualdad entre los hombres. El mundo quedó dividido entre los que tienen tierras en propiedad, y los que no la tienen.
Hay una fuerte nostalgia en este autor por lo que se imaginaba una vida bucólica, natural, respirando tranquilidad y felicidad en una hamaca paraguaya, permaneciendo ocioso. Nosotros podemos completar el cuadro que “pinta” Rousseau imaginándonos una vida prehistórica, personas alimentándose de la caza y la recolección, habitando en poblados chicos, en aldeas, o tribus. El cuadro cambió –se quejaría Rousseau- cuando los hombres se decidieron por el progreso. Aparentemente todos los progresos han sido progresos para el individuo pero retrocesos para la humanidad. Nuestro desolado autor relata la lenta sucesión de acontecimientos que explican y fundamentan el “progreso” que terminó convirtiéndose en el progreso de la desigualdad.

lunes, 2 de mayo de 2011

ACERCA DE SÓCRATES

 EJE Nº 1) ¿QUIÉN TIENE EL PODER?
Este 1º eje tiene como tema el poder pero también todo lo que está asociado a él: la autoridad, la legitimidad, las normas, los derechos y las obligaciones, la rebelión, la democracia y el autoritarismo, etc.
Para empezar, nos encontramos con el escrito de Platón. Leemos ahí el discurso (en realidad, un alegato de defensa) que da Sócrates (470 al 399 aC) en el juicio que le lleva a cabo el Gran Tribunal ateniense, pues hay un par de acusadores que piden pena de muerte o destierro para el pobre viejo de 70 años que respondía al nombre de Sócrates. Aclaro: Platón escribe lo que Sócrates discurre en su defensa ante las acusaciones. ¿Habrá tomado nota de todo tan velozmente? Nos queda la duda acerca de si Platón era un taquígrafo increíblemente veloz para no perder detalle, o lo “noveló” luego de haberlo presenciado, escribiendo lo que se acordó de lo que pasó allí en el juicio.

¿Quién fue Sócrates? Un tipo jodido, un preguntón, un pedante pero con onda. Como dice un filósofo francés muy leído: “Sócrates los inquietaba –a sus interlocutores- haciéndoles comprender con genuina ironía y un verdadero dominio de la palabra que sus certidumbres no soportaban mucho tiempo el examen y la crítica.”[1]
Su modo de enredar a sus interlocutores para hacerles comprender que están equivocados tiene siempre la misma estructura gramatical, que puede resumirse así: “afirmas obrar correctamente. Pero sólo con inteligencia se puede obrar correctamente. Por lo tanto, afirmas tener inteligencia, o haces como si la tuvieras. ¡Demuéstralo!”.
Pero seríamos injustos si nos quedáramos con la idea de que Sócrates humillaba a sus conciudadanos en arrogante actitud sólo por el placer de jorobar. En cambio, sepamos que se suele decir –en defensa de Sócrates- que lo hacía para hacerles ver a los demás que esas opiniones erradas que sostenían no eran elaboradas por ellos, sino que pertenecían a la tradición o la religión o al sentido común: las ideas que sostenían no eran de ellos, sino que eran prestadas. La gente las escuchaba por ahí y las repetía como si fueran propias. A esto Sócrates contrapone una actitud de responsabilizarse cada uno de los hombres por la comprensión de las cosas, pues era –para Sócrates- la única manera de hacerse consciente y dueño de sí mismo.


[1] Michel ONFRAY (2005) Antimanual de Filosofía. BsAs: Edaf del Plata.