viernes, 6 de enero de 2012

EL ROL DEL CIUDADANO-TELEVIDENTE (por IGNACIO RAMONET)

Extracto del libro Noam Chomsky e Ignacio Ramonet: "Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios". Barcelona: Icaria ed., 2002. Pp. 90-1.


Muchos ciudadanos consideran que, confortablemente instalados en el sofá de su salón y viendo en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos a base de imágenes fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse seriamente. Es un error mayúsculo por tres razones. Primero, porque el informativo televisado, estructurado como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer. A continuación, porque la sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas (unas veinte por cada telediario) produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación. Y, finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho de participar inteligentemente en la vida democrática.

Aclaración: La fecha de publicación es 1993. Se trata entonces de un artículo previo a la masificación de Internet, pero creo que lo que argumenta no pierde su vigencia en cuanto a la actitud de muchas personas mayores de 50 años...