miércoles, 8 de junio de 2011

ENSAYO ESCRITO COMO DIÁLOGO (y siguiendo con Maquiavelo)...

Este es el caso de la obra de:
Maurice JOLY (1864) Diálogo en el Infierno entre Maquivelo y Montesquieu   (edición digital)
de la que cuelgo sólo un resumen muy personal (argentinizado en sus modos y expresiones) de sus dos primeros diálogos.


DIALOGO 1°
MAQUIAVELO: El vulgo prejuzga: me ha hecho responsable de todas las tiranías. Sin embargo, no reconoce que durante 15 años serví a mi patria (Florencia) como diplomático. Y no defendí un gobierno represor o aristocrático, sino una República, y para mantenerla independiente!
¿El Tratado del Príncipe? Sólo fueron fantasías de diplomático. No estaba destinado a la imprenta. Ahí intenté describir cómo funciona la moral política: no la verdad como debería ser, sino como es. No soy maquiavélico. No intenté hacer una "apología del delito".
MONTESQUIEU: tu crimen fue "avivar giles", enseñar a destilar venenos.
MAQUIAVELO: No me captaste. Te voy a explicar. Mi sistema parte de estas premisas:
 - el instinto malo en el hombre es más poderoso que el bueno;
 - el temor y la fuerza tienen más imperio sobre él que la razón;
 - todos aspiran al dominio: nadie renunciaría a la opresión si pudiera ejercerla.
¿Qué es lo que sujeta a la bestia humana, inconstante y cobarde? La LEY: la fuerza reglamentada formalmente. ¿Qué me vienen a hablar de la "libertad política"? Esa es sólo una idea relativa. Si la mantenemos como valor supremo, entonces el Estado está perdido. ¿Cómo combatir a los enemigos internos y externos sin las trampas, emboscadas, astucias y estrategias indispensables propias de la guerra? Mi punto es que el bien puede surgir del mal, así como algunos venenos nos pueden curar y un corte de bisturí en el lugar preciso de un cuerpo humano nos puede salvar la vida: la violencia y la astucia son un mal, pero necesarios para gobernar a los hombres, mientras éstos no se conviertan en ángeles. Por eso prefiero los gobiernos absolutos.

DIALOGO 2°
MONTESQUIEU: No hay nada nuevo en tus doctrinas. Deduzco que sos un hombre político, preocupado más por los hechos que por las ideas. Pero si vamos a hablar del arte de gobernar, hablemos de ideas: Me parece que identificás el interés del Estado con lo que se le antoja al príncipe. Éste tiene derecho de violar juramentos, despojar a quienes ha proscrito; dilapidar las finanzas, etc.
Ahora, si prohibís al ciudadano lo que permitís al príncipe, ¿crees que aquel respetará las leyes cuando advierta que quien las promulgó las viola? No hacés más que introducir el fermento de la guerra civil. Por el contrario, creo que el derecho traza fronteras que el interés no debe violar, y creo también que el fundamento del derecho es la Moral. Por lo tanto, los príncipes no pueden permitirse lo que la moral privada prohíbe. Veo que admirás a los grandes hombres: yo sólo admiro a las grandes instituciones.
Por otro lado, te cuento que en nuestros tiempos modernos, el fanatismo político falleció. Imposible que renazcan hoy las condiciones del despotismo.

(Continuará...)

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